DEL RASGO A LA LÍNEA

Cabeza Abstracta
El espacio que dibuja esta mesa
me arrebata 
El color,
 tan vibrante, que se sale del cuadro
El equilibrio

Estuve hace unas semanas 
en la exposición de Jawlensky
y aún ando procesando el impacto. 

Me cautivó.
 
Una exposición intensa,
cargada de materia
y también de esencia. 

De la maximalidad del color
a su esencialidad al servicio
de la línea. 

Un recorrido en el que, 
desde el puñetazo cromático inicial
van cayendo capas y capas 
y más capas de pintura, 
de volumen y también de forma. 

Hasta llegar al sincretismo más absoluto. 
La abstracción definitiva 
a través de la línea
en la que el rostro, 
(el tema soberano del artista ruso)
emerge esquematizado.

Un pintor que pinta el rostro
al servicio del borrado de los rasgos,
que diluye el carácter de esos rostros
a medida que recorre 
el largo camino que va 
de la rotundidad
a la máscara. 

Como la vela que se extingue
como la luz de su llama, 
como la vida que pasa. 

Un rayo fulminante 
brillando en lo más alto 
y apagándose en lo más sabio. 

Así, Jawlensky. 
Altamente recomendable. 


 

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