UN COCKTAIL

Perfumado
Carnívoro
Al óleo
En botica
En granja
Mistura
Y parmeggiano
Take a seat
                                  Scotch  y Mojito
Y a mover la coctelera

Es increíble la cantidad de historias que puede encerrar una bebida. Del cómo se hizo a quién la inspiró y popularizó. Los cócteles, que en su día creo que fueron la solución creativa para hacer más agradables terribles bebidas alcohólicas, han derivado hoy en toda una experiencia artística. En una liturgia, como la define el barman Javier de las Muelas. Desde su local Dry Martini en Barcelona y Madrid, "oficia" la ceremonia frente a sus parroquianos. Gente que va allí a disfrutar con su paleta líquida de colores sobre texturas que dan como resultado auténticas obras de arte. Licor de plata, plantas carnívoras utilizadas como recipiente y mojitos tan refrescantes como un chapuzón en aguas del Caribe. Aquí, hasta el cubito de hielo es una experiencia. Más grande que lo habitual, bien sólido y dejando traslucir la plabra mágica: DRY en letras de molde. Tan consistente, que acabas la bebida y las letras siguen aún bien nítidas en el vaso, como haciéndote un guiño en la  despedida. 

(Las fotos son del Dry Martini de Madrid)

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