EL TRAZO
Respiro el frío bajo un sol que empieza a precipitarse por el horizonte.
Ralentizo mis pasos. Más despacio, más.
Despacio
Siento el empedrado del suelo dibujar su huella en la planta de mis pies. Los adoquines pulidos y redondeados por los siglos atraviesan la suela de mis zapatos. Trato de captar la atmósfera. De aprehenderla, para no perderla.
La de fuera en colisión con la de dentro en un intercambio de puertas con gozne siempre abiertas.
La Luz directa y cegadora sobre los ojos me traslada de lleno de dentro afuera.
Veo el trazo limpio del sol impactando sobre las personas, las cosas. Siluetea un contraluz a la oscuridad que se abre y se entrega sin aristas.
Me detengo.
Capturo esa línea de luz que nunca volverá a ser la misma.
Sigo caminando,
rumiando.
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