EL RESCATE

Veo la película de Claude Lelouch

"Los años más bellos de una vida"

y admiro la grandeza de la edad

en los rostros de una bellísima

Anauk Aimée

y un trascendido Jean Louis Trintignant.

Una revisión de la vida

a través de los ojos 

de dos amantes que fueron y, 

según muestra la película,

nunca dejaron de serlo. 

Aunque dejaran de parecerlo. 

El amor emergiendo

como válvula secreta que irradia 

lo que las neuronas guardan. 

Allí hondo, 

lo más verdadero. 

Lo único accesible 

al fondo de memoria que se pierde

cuando la vida está pasada ya de vueltas y retrocede. 

Y solo regresa

al tiempo en que fue feliz. 

Salvaje, urgente y ardorosamente feliz.

Aquellos años, 

contemplados desde la serenidad de la edad

que tienen aquí ahora los protagonistas,

dan luz a toda una vida. 

Quizá no sentido, 

o más bien lo que ofrecen sea

el sentido propio 

que tiene verdaderamente la vida,

ese que nos empeñamos en buscar

y quizá, solamente también quizá, 

resida en esto,

en amar de verdad un día,

y que la huella de ese amor

permanezca para siempre

rescatándonos del limbo.