NORAH
Mi acción y mi compromiso con la mujer,
con la igualdad y con la lucha que todavía
tenemos que seguir practicando,
la ejerzo cada día en mi vida, en mis actos
y por supuesto en este, mi espacio.
La acción no es cosa
de un día señalado en el calendario.
El compromiso es constante
cuando nace de la convicción
y de la naturalidad de tus actos
porque no son gestos,
sino maneras de ser y estar en el mundo
que nos constituyen.
Por eso
las guerras que desata
la celebración de nuestro día,
cada vez me sacan más de mí misma.
Estoy harta de panfletos
y de manipulaciones ideológicas.
No nos dejemos guiar por esas trampas.
Ya nos pusieron bastantes
en la historia.
Tomemos la calle
desde nuestras aceras
desde nuestras casas,
nuestra conexión de wifi,
nuestras amigas, compañeras,
nuestras ventanas.
Nuestras acciones diarias.
Esas son las que cuentan.
Y gritemos al mundo
que no somos de nadie,
ni tan siquiera nuestras.
Que somos de la vida
como lo son las aceras,
los árboles y las plantas.
Que los hombres
(los que encajan en lo que significa "ser humano")
tienen que ser también eso mismo.
Porque solo hay un modo de ser
verdaderamente human@
sí, solo uno,
y es el que nos engloba a tod@s desde
el respeto y la equidad.
Así es que,
aunque para mí no hay días
sino vida,
el día es la celebración,
como la fecha de nuestro cumpleaños,
el año que conmemora
nuestro despertar a esa vida
y sus injusticias.
A la defensa de lo que somos,
por eso ese día
voy a empezar ya a celebrarlo
(si es que no lo hiciera cada día
como decía, con cada cosa que hago)
Y lo hago con este dibujo
que hice de
Norah Borges.
¿La conocías...?
A mí me la ha descubierto
la gran artista Diana Larrea,
Norah era hermana de Jorge Luis Borges,
sí, hermana,
y tan silenciada...
Lideró una asociación feminista antifascista,
por la que fue encarelada.
Artista e ilustradora.
Buscadla,
que a partir de ahora
el apellido Borges
venga también ensartado
con algo de ella.
Me gustó su rostro,
esa inclinación
soñadora de su cara
con una meta tranquila
en su mirada.
Ser ella misma.
Primero dibujé su silueta,
después la fui convirtiendo en una
de mis azules soñadoras.
Qué bonito, y no, no l aconocía.
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