CREAR EL SUEÑO
Adoro...
El momento en que mis sobrinos
terminan el capítulo
de la serie de anime que están viendo
y lo comentan entre ellos sonriendo
tras haberlo disfrutado juntos y muy pegaditos
en el ordenador en plena hora de la siesta.
Es el momento previo al que viene después,
ese que yo espero con fruición,
mi favorito:
Cuando ambos se dispersan
(cada uno a un espacio)
precipitándose con entrega sobre sus juguetes.
Un estruendo de onomatopeyas
de luchas y disparos
se despliega automáticamente
en estéreo por la casa.
Farfullan conversaciones
que suenan a guión de película
que espontáneamente,
y cada uno por su lado,
van armando.
Están cerca,
pero de repente,
se largaron muy lejos.
Hacen magia mientras
yo me vuelvo invisible
y los observo
muy consciente de estar asistiendo
a la maravilla incomparable
de ser testigo único
de cómo se crean los sueños.
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