PASOS FLOTANTES


En su honor, como homenaje, me pongo a ver el documental “Caminando sobre las aguas” y descubro su puro nervio, el del artista Christo fallecido este domingo, un hombre encogido como sarmiento que parece tener lava corriéndole venas adentro. Protestón y nervioso. Pasional y analógico. “A mí no me interesa lo virtual, en mi obra todo se ve, se camina, se siente…” comenta ante un grupo de escolares que le escucha dar una charla sobre la obra que proyecta en el norte de Italia y en la que quiere conseguir hacer caminar al hombre sobre las aguas. Un desafío y quizá también una parábola. Un proyecto que tenía entre manos desde 1970 con su mujer Jean Claude, fallecida en 2009, y que finalmente consigue realizar en 2016 en el lago Iseo de Bérgamo. Magna obra que consigue llevar a cabo con innumerables esfuerzos y que una vez inaugurada llega a peligrar por la falta de colaboración del poder local, que acaba permitiendo el acceso a más del doble de visitantes contemplados en el proyecto poniendo en riesgo su seguridad y la del artífice del milagro artístico sobre las aguas. 
Vemos a un Christo abnegado en llevar a cabo su obra sin rendir pleitesías; el dinero que la financia sale de la venta de su propia obra, solo así su libertad. Huye de la fiesta de inauguración en cuanto le dejan, escabullendo postureo y frivolidad. Vemos lo que el hombre es: Un artista y su obra. Punto. Creador sin embargo de proyectos que involucran a cientos de personas en su construcción y a miles en su disfrute, ensanchando la experiencia de un público entusiasta que a veces acaba por convertirse en borrego a través de la fórmula que hoy tiene el mundo de vender experiencias y la que tiene el público adocenado de adquirirlas sin reparar ya en el cómo. Estar sea como sea para tener foto que lo atestigüe aunque haya tanta gente que resulte imposible distinguir lo extraordinario de la intervención artística en un contexto colapsado por miles de personas ansiosas por pseudoexperimentarla. 
Christo cumple el sueño y miles de personas caminan sobre el agua: una franja naranja marcada a escuadra se perfila nítida en la vista aérea que ofrece el lago cuajada de hormigas que, como personas, recorren esa cinta que traza líneas y conexiones entre la orografía del embarcadero y la isla del lago. Una imagen deliciosa vista en pespectiva. 16 días de experiencia documentada y después el recuerdo y las sensaciones de quienes lo vivieron desde dentro como pudieron. 

El Arte también es eso, ese camino plagado de obstáculos a veces vigorizante, que Christo conoció tan bien. 



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