QUEDA LA MÚSICA

Obra de Luis Eduardo Aute

Lo primero que viene a mi cabeza cuando pienso en Aute son mis padres 

y viajes en coche con cassettes de ida y vuelta escuchando “Al alba”, “Aleluya” o “Más cine, por favor”. Ventanillas abiertas, pelo enredado por el viento y una potente sensación de libertad en dirección al verano y la playa bajo un sol de mediodía. 

Después, algún concierto suyo en las Ventas. 

Y lo siguiente, ya una última imagen inolvidable…

Él fue el protagonista del último rodaje que hice con mi compañero cámara Jose Couso (una marca en la vida de las que nunca se borran) un día antes de que le confirmaran que lo enviaban a cubrir la guerra de Iraq…

Me veo yo entonces editando el vídeo con la entrevista que habíamos grabado con él por la mañana, y veo a Couso acercándose a mí con su sonrisa enorme, preguntándome cómo está quedando, a lo que le respondo que muy bien aunque aún no está terminado. Couso, que prefiere verlo acabado, pero que entonces será ya a la vuelta, porque le acaban de confirmar que se va a Iraq y de hecho, se ha acercado también para despedirse…

Couso nunca nunca volvió. Su trágico final es tristemente conocido... 

Nunca vio el vídeo de Aute editado, un vídeo en el que mi colega Josemaría Mejorada y yo andábamos experimentando un nuevo formato … A Aute tampoco volví nunca a entrevistarlo.

En estos últimos años, siempre que pensaba en él, no podía disociar su recuerdo del de Couso y viceversa, ambos vienen desde entonces juntos a mi memoria en aquel rodaje en el que Aute nos abrió de par en par las puertas de su casa, nos habló de su música y nos mostró sus cuadros mientras yo me pellizcaba evocando la imagen de aquella niña que viajaba con el pelo enredado cantando a gritos sus canciones a la conquista de un verano lejano.  

“Pasaba por aquí, ningún teléfono cerca y no lo pude resistir·…”así que, “anda, quítate el vestido, las flores y las trampas…” pero “no te desnudes todavía, espera un poco más…" Aunque …“date prisa, que ya son las cuatro y diez”…y “al alba…” iremos “a por el mar, promesa y semilla de libertad…” Porque, aunque “esos rostros ya no lleven nuestros nombres” como dos "máscaras perdidas en la noche” siempre sabremos que“…queda la música…”