EL KIOSKO

Cuando estudiaba periodismo
tenía un ritual diario:
De camino a la universidad
paraba siempre en mi kiosko
a comprar el periódico. 
Cada día una cabecera distinta, 
para tomarle el pulso a todos. 
Intercambiaba 
saludo con el kioskero, 
le preguntaba 
por publicaciones que esperaba, 
y ambos nos deseábamos buen día 
de manera cordial y cotidiana. 

De camino a la universidad
debía llevar casi siempre unos pendientes, 
y seguramente a veces algún colgante. 
Me interesaban las formas 
y los mensajes detrás de los objetos
que nos muestran ante el mundo. 
De forma embrionaria, 
mi pasión por las piezas de joyería 
estaba ya ahí muy presente,
otro medio de comunicación
más privado, personal e inmediato
que el de los periódicos 
que devoraba analizándolos. 

En poco tiempo,
pasé de la universidad a la calle, 
del aula a la empresa
y de la fascinación por los símbolos
a empezar a crearlos con mis propias manos. 

En esos dos mundos me muevo 
desde hace ya muchos años. 

Dos medios de comunicación, 
que desde fuera al principio
parecían tan distantes
pero que en mí convivieron siempre 
de manera natural e indispensable. 

Ahora que lo virtual 
nos desplazó 
del papel que tizna a las redes
y que la comunicación
hace tiempo que se apartó de la piel
para hacerse a través de pantallas, 
ahora que los kioskos mueren 
de muerte natural, 
y que hace años 
perdí la pista a mi kioskero,
ahora, descubro este otro
aunando reminiscencias 
de esos dos mundos
que siempre fueron 
en mi caso de la mano. 

Un kiosko que al kitsch de los coleccionables
suma bisutería barata,
algo de prensa y hasta alguna bufanda...

Me sobrevino una tristeza inmensa 
ver esos dos mundos 
(o los restos del naufragio
de esos mundos)
allí juntos 
expuestos sin dignidad
bajo el mismo espacio. 
Amontonados. 

Dos orillas 
de repente juntas
en el mismo 
y cotidiano escenario. 

Piel de gallina, 
y un grito abortado. 

Comunicación baratija, 
y piezas absurdas
multiplicando el abismo
de manera espantosa
desde un espacio urbano
que siempre (para mi) 
fue faro. 


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