ESENCIA
Hay algo en el trabajo de Juan Carlos Bracho
que da paz.
Contemplar la sutileza amanuense
de sus líneas de grafito sobre una pared,
el frotagge con lápices de color
extendiéndose como un bosque consistente
pero liviano por una superficie blanca
que tras su intervención sigue estando ahí,
sustentando sus huellas, abrazándolas,
dándoles coherencia en un trabajo
que evoluciona por capas.
Si se pudiera hacer
una cata geológica de su obra,
más que materia
se verían en estratos intenciones e ideas.
Método, muchas horas de trabajo
y una dimensión holística del mismo.
Eso que a primera vista parece tan sencillo
engloba la entrega
por vaciarse del gesto
y dejar una huella limpia y honesta.
es una exposición fluída y envolvente,
una casi nada que flota
en la que, si te dejas llevar,
acabas llegando a lo esencial;
aquello en lo que todo finalmente se conecta.
Pronto las entrevistas con él
y el comisario de la muestra Armando Montesinos
en Contextarte.
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