LA PINTURA DE ALMODÓVAR

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Las flores


Almodóvar siempre ha pintado con las imágenes,
cada encuadre de sus películas es precisamente eso, 
un cuadro que funcionaría como un todo
incluso aislándolo de la cadencia de planos
que fluye por la historia componiendo 
la narrativa visual de su cine. 

En la exposición "Flores" 
el cineasta despliega su pulso artístico
a través de la pintura. 

Mano a mano con el pintor Jorge Galindo, 
ambos artistas se han entregado 
a una danza conjunta 
sobre estos lienzos de gran formato 
que ahora cuelgan de los espacios
de la antigua fábrica de tabacos. 

Todo parte de los bodegones fotográficos 
que Almodóvar venía haciendo 
en los últimos años. 
A partir de esas imágenes ampliadas, 
ambos artistas han creado estos trazos, 
esta amalgama de color y texturas, 
de vibración y estallido de pétalos
que injertan la primavera 
en pleno corazón del invierno. 

Una action painting que evoca a Pollock, 
como se aprecia en los vídeos 
que muestran el proceso de creación 
de los cuadros. 
Galindo actúa decidido, 
Almodóvar experimenta y se divierte, juega. 
Y uno detecta en sus movimientos 
placer y libertad, ensimismamiento
desbordando los límites del lienzo, 
expandiéndose sobre la imagen 
para generar una cascada 
de colores vibrantes
que enlaza de forma muy directa 
con su universo cinematográfico 
pero con un lenguaje 
aquí más corporal y directo
 más liberador y atávico:
"Cuando dirijo una película mando en todo, 
aquí Jorge Galindo me inventó como pintor", 
comenta.

La sensación al final, 
como dice el comisario de la muestra, Rafa Doctor, 
es la de poder salir de la exposición
con la impresión de haberse manchado 
con las salpicaduras de estos cuadros. 



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