DEDICACIÓN Y ENTREGA
Veo en Netflix un documental de Street Food sobre Singapur.
Me quedo absorta con una de sus pequeñísimas historias.
Ínfima. Pero trascendente.
La de Master Tang,
un cocinero callejero especializado en fideos Wanton.
Huyó de la invasión japonesa de China,
trabajó como esclavo en la cocina de un restaurante
del que él destaca sin embargo, cómo allí depuró
su técnica para elaborar los fideos Wanton.
Dice que para que los fideos queden finos y largos,
hay que amasarlos a mano...
Y así lo hace él, día tras día,
asegurando ante la cámara que así seguirá
hasta el día que se jubile...
La dedicación y entrega
de este sencillo anciano
que ha depositado
toda su esperanza
en la perfecta elaboración
de esta pasta
me deja pillada.
Algo tan pequeño
y tanto ahí
proyectado...
Avanza el documental en el que alguien comenta
que la cocina callejera es lo que queda intacto
de la cultura de un país tecnologizado y
desorbitadamente entregado al mundo global.
"El Street food es nuestro patrimonio"
comenta, y en los créditos
veo después que el documental
está dedicado precisamente al maestro Tang,
la más pequeña de las historias que aquí se cuentan
y para mi, la más conmovedora.
In memoriam:
1932-2019.
La muerte finalmente lo jubiló.
Antes de saberlo, su minuciosa manera
de acariciar la pasta entre sus manos
se me había quedado ya clavada
para siempre en el alma.
Cocina, Experiencia, Cultura, País,
Humanidad y Vida
en unos Wanton Noodles
que ya nadie hará iguales.
Me hizo recordar que en Singapur también hay un puesto de comidas callejeras que obtuvo recientemente una estrella Michelin. Hay que apuntar ese destino entre los prioritarios.
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