REALIDAD VERSUS FICCIÓN
¿Realidad o ficción?
Colorear
Re-Creación
Ironía
Placer
Trabajar para Tabacalera Promoción del Arte
es estar en uno de los lugares en los que deseas estar.
Las exposiciones que programa aquí el Ministerio de Cultura
son valientes y subrayan la carrera de artistas necesarios.
Una pasea entre esas salas decadentes
reelaborando ideas,
tironeando de conceptos que se quedaron viejos,
pensando, refrescando, actualizando
y sí, disfrutando siempre,
disfrutando.
La exposición que podéis ver ahora hasta el 9 de junio
reúne tres grandes proyectos de la fotógrafa del momento:
Cristina de Middel, Premio Nacional de Fotografía 2017.
Mi trabajo en los textos que podéis consultar
en vuestra visita a la expo, resulta siempre estimulante.
Hacer el recorrido con el artista, en este caso con Cristina,
y que ella misma explique cómo su obra
transita entre la realidad, la ironía y la recreación intencionada,
más que un recorrido, supone ya un viaje en sí mismo.
Cristina nos muestra fotos
que remiten a exploradores de principios
del siglo XX en una expedición que hicieron
para descubrir una nueva isla en Noruega.
Expedición que, si bien existió,
nunca llegó a pisar tierra.
Algo que no impidió sin embargo
que aquellos astutos exploradores decidieran recrear
su falsa conquista en otra isla más accesible
para evitar así regresar a casa como perdedores.
De aquella recreación no hay imágenes.
Cristina de Middel en este proyecto las inventa.
Y lo hace guiándose por los diarios del capitán del barco.
Ella fotografía y filma lo que vemos
creando una gran farsa,
tan bien documentada,
que corremos el riesgo de tragárnosla.
Aunque su impecable trabajo,
(cuesta mucho fabricar bien una mentira, como sabemos...)
está lleno de guiños al archivo histórico
del que ella saca esta curiosa historia,
así como de las personas
que hoy custodian ese archivo,
que no son sino los personajes
que aparecen en sus fotos
interpretando a aquellos exploradores.
Guiños que actúan
como miguitas de pan para el que observa,
incongruencias que saltan a la vista,
como esa bandera coronada
por un flan cosido de varios colores
...o esa parka militar vintage
que podemos ver en alguna de las imágenes.
Detalles que ayudan al despertar del que observa.
Que encienden la mecha porque,
en lo que vemos sin duda hay algo que chirría.
Lo que uno ve, no es lo que cree.
La confusión está servida.
También la intriga.
Cristina ya activó en nosotros
las ganas de saber qué hay detrás
para seguir tirando del hilo.
Cristina nos habla de posverdad,
de lo fácil que es manipular una historia
documentándola como real.
Nos hace pensar, sonreír y calibrar.
Otro de sus proyectos habla de la violencia habitual
en la prensa sensacionalista mexicana.
El uso de letras de rancheras
sobre dibujos que ella hace
de muchas de las violentas imágenes publicadas,
remueve los cimientos para mostrarnos
lo violento integrado en la vida, asimilado.
Despertándonos de nuevo,
esta vez de un puñetazo.
El recorrido termina por un proyecto
planteado casi como un juego de azar,
en el que la libre asociación de números elegidos aleatoriamente,
remite a imágenes del archivo fotográfico del Museo de Navarra.
El caos se cuela así en el orden que se presupone a un archivo
desmontando su propio sentido de ser:
la ordenada clasificación de sus fondos.
Los números que la fotógrafa obtiene,
remiten a imágenes que asociadas así libremente
acaban generando inéditos collages,
paráfrasis al fin de la propia vida.
Hay que ir a verla,
quitarse la venda de los ojos.
Observar más que mirar
y animar a que la curiosidad
vaya un paso por delante.
Desarrollar un espíritu crítico
que repela la anestesia
con que la desinformación (cree) que nos maneja.
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