TANTO AZUL...
"A menudo me señalaban que yo evitaba el color azul. Era cierto. Era un color que me hacía sentir incómodo. Nunca conseguía controlarlo. Yo no lo podía usar. El color de la confianza y la lealtad, sujeto de discursos filosóficos, nombre de una forma musical, el azul no era para mí. "
Cita del libro "Cuanto azul"de Percival Everett (en una cuidada edición de la editorial De Conatus) un viaje al alma de un ser profundamente humano.
Leer este libro estos días me ha agitado. Un pintor frente al miedo a un color y lo que representa.
Desde hace casi dos años digo que me encuentro en "mi etapa azul", aparece en todas partes sin conscientemente buscarla. Y nunca fui de azules, sino de verdes. Y de colores vibrantes, mucho de luz y de relámpagos tratando de dar sentido a todo. De sostener el abismo conectando puntos, electricizándolos. En mi caso, lo que he aprendido del azul en este más de un año que llevo pintándolo, es que no lo concibo sin el rojo o el magenta al lado. Reducir mi viva paleta a sólo una gama de azules en este tiempo, ha sido un ejercicio tan fascinante como inverosímil. Porque lo sé, busco el fuego, viro a magentas... Y cuando me di cuenta, decidí que sería la única concesión que me haría, y confieso que permitírmela me relaja. Pero lo cierto es, que sigo entre azules. Y me sigo sorprendiendo cuando detecto algo profundo de mi voz tímidamente ahí, mostrándose. Y eso que de un tiempo a esta parte, he ido ampliando bastante las concesiones; últimamente me he permitido salirme de mi propia norma, la de restringirme a una paleta de azules a la que llegué sin premeditar y que, una vez fui consciente, yo misma me autoimpuse como un inédito ejercicio de exploración personal. Y puedo decir que, aunque sigo inmersa en mi etapa azul y soy plenamente consciente de que muy probablemente siga aún muy en la superficie, reconozco que ahora tiene su lugar en mí y hasta ha empezado a convivir con el resto del arco iris. Y es que quizá se trate de eso después de todo... De exprimir cada color y tal y como va llegando, de darle su lugar y dejarle su espacio. Y no cesar nunca de reivindicarlos para ser, para explicarnos.
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