LA CIUDAD NOS PERTENECE
Indescriptible
Poder tomar la Gran Vía
Por el placer de pasearla
Sobre dos ruedas
Dos piernas
Subidos a un monopatín
O sentados sobre esa línea que cualquier día (menos hoy)
fue hasta allí mismo
como quien va a un santuario,
y fue bonito presenciarlo...
Me volví pensando
en la pequeña felicidad que deparan
cosas a menudo tan sencillas
como que nos abran una calle,
como quien abre una costura muy ajustada,
dejándonos ver por un ratito los entresijos
de una arteria principal de la ciudad
que a diario se vuelve casi impracticable
por el tráfico.
Permitir al ciudadano
que pueda pasear por ella
mirando lo que habitualmente no ve
inmersos todos como vamos,
en la prisa y el tráfico.
Sí, fue bonito pasear por ahí
viéndonos a todos disfrutar
de la Gran Vía
sin formar parte de ningún rodaje,
de ninguna película.
Apenas de un día en nuestra vida,
que, para algunos,
como para la pareja de la foto,
fue importante
porque eligieron
el corazón de la ciudad
para prometerse cosas
que uno suele prometer
en otros espacios.
La ciudad nos pertenece.
Sí.
Y es bueno que nos permitan recordarlo
aunque sólo sea de vez en cuando...
Día sin coches
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