DISECCIÓN DEL BULLI
Sobran más palabras
El genio, lo hizo. Volvió a sorprender en lo más alto de su éxito
Cerró el restaurante y abrió las puertas del proceso creativo que hizo posible el sueño
Cuantificando cada dato
Cada detalle atesorado en 25 años
Vajilla creada ex profeso para ensalzar, acoger y exaltar la revolución gastronómica
Un laboratorio de ideas a pleno rendimiento listo siempre para sorprender
Hoy paseé entre los paneles de la exposición que
La exposición expone papeles, fotos, recortes de prensa, utensilios de cocina, recetas, inspiraciones y creaciones que formaron parte de la historia del restaurante
que, desde Cala Montjoi, irradió innovación gastronómica durante
un cuarto de siglo.
Pero esa es la parte, digamos, fetichista, que no es, ni de lejos, la más interesante...más bien al contrario, la más prescindible de un interesante entramado expositivo que arranca tras esos muros entregados a la nostalgia.
Aquí lo mejor no es la cocina (siendo sublime lo que un restaurante como elBulli consiguió). Aquí lo que "es de mojar sopas", son los gráficos, los esquemas cargados de conceptos y palabras que explican el desarrollo creativo que hicieran que el Bulli se convirtiera en ese lugar de referencia, ese faro gastronómico de innovación mundial.
Es apasionante mirar los papeles viendo cómo de un ingrediente, se evoluciona a la forma, la representación, la deconstrucción y la reconceptualización, hasta conseguir el resultado final, una síntesis increíble de ideas, inspiraciones, evocaciones e innovaciones con las que Adriá se atrevía a emplatar conceptos tan efímeros como el "Deshielo"...
Interesantísimo el desarrollo de este fascinante work in progress que deja con la boca abierta, lista para degustar, (con todos los sentidos expectantes) el último bocado.
Manjar de Adriá...
Interesasante, la clave es el estado de la mente.
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