ANACRÓNICA Y EXTRAÑA
No suena.
No llama.
No escucha.
No emite interferencias.
No habla.
Ni siquiera traga monedas.
Ya no recibe ofuscados golpes...
porque hace tiempo que dejó
de enervar comunicaciones,
cortándolas en el momento más inadecuado.
Por eso tampoco se alza ya en las esquinas.
Es una anacrónica.
Una extraña.
Si te la tropiezas en la calle
sólo entorpece el paso,
alzándose como un artefacto extraño.
Una isla a la deriva de otros tiempos.
Un testimonio de dónde venimos
y hacia dónde no más vamos.
... y romántica de otros tiempos que aunque parecen lejanos no lo son tanto.
ResponderEliminar