LA LUZ QUE PROYECTA LA SOMBRA
Pasé años trabajando todo el día fuera;
sólo alguna vez, y muy inusualmente,
podía permitirme
volver a casa
al mediodía.
Recuerdo vivamente
cómo entonces al llegar,
me iba invadiendo de lleno
una nostalgia cargada de presente.
Una paradoja factible
al no poder disfrutar habitualmente
de la irrepetible luz que a esa hora inunda
con un aliento cálido y acogedor mi casa.
(Que, creedme,
no filtra igual en días laborables
que en fines de semana...)
Un baño de luz
que descubría como un regalo
aquellos contados días que podía,
llegaba, y me rendía.
Pasaron los años
y hace tiempo que
disfruto Mucho
ese momento
de luz atravesando
mi ventana.
Pero aún hoy,
no hay un solo día
en el que no recuerde,
al quedarme suspendida de ella,
aquella nostalgia mía de presente.
Hoy presente
sin aquella nostalgia.
Habrá otras,
pero esta ya
no se cuenta
entre ellas.
Se hizo Luz,
luz continua,
luz presente,
proyectando todas
sus preciosas sombras
por los rincones favoritos
de mi guarVida.
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