LA TIERRA TAL COMO ERA


Etiopía
Las mujeres de Pará,Brasil,coloreando sus cuerpos 
con la fruta roja de bija
La mitad de la Tierra que menos conocemos, la que sigue intacta
Crías de elefantes marinos y pingüinos en la Isla de San Andrés, Atlántico Sur
Pescando en un Lago del estado de Mato Grosso, Brasil
Arizona, EEUU
Antártida


Visité por fin la apabullante exposición del Gran Sebastiao Salgado. 

Su obra siempre es monumental, pero si en sus anteriores trabajos se centraba
en la dimensión humana, 
en esta "Génesis" a lo que nos acerca es a la monumental y proverbial fuerza de la Tierra, de sus espacios más intactos, los más alejados de la civilización y el progreso. 

Salgado se zambulle en el túnel del tiempo acercándonos a la vida cotidiana de animales en su propio hábitat, a los que se aproxima con su cámara tan sutilmente como le permite una superproducción como ésta, en la que sus encuadres los conquista en globo, en barco o a pie, y siempre en silencio, 
no alterando, integrando sus pasos por los caminos que llevan a esos rincones remotos en los que encuentra lo que aún queda de ese paraíso ignoto que poco a poco la civilización ha ido esquilmando. 

Su mirada tiene algo de antropológica, como la de aquellos primeros y sorprendidos viajeros que cruzaron océanos en busca de nuevas civilizaciones, pero a diferencia de aquellos, la aventura de Salgado no la marca el descubrimiento, sino la constatación. No la sorpresa, sino  la confirmación de que, pese a tanto progreso, aún existen pueblos que viven tal y como lo hacían siglos atrás. Sin mestizaje ni aculturación. Su mirada se vuelve también arquitectónica a la búsqueda del encuadre idóneo que permita respirar los majestuosos paisajes naturales que recorre de norte a sur.

Su cámara es testigo del intrínseco dinamismo de este planeta extenso y magnífico que habitamos.

 Para hacer esta "Génesis" Salgado ha necesitado nada menos que una década, en los que ha recorrido el planeta en busca de la orografía precisa que pedía su obturador exacto.

Una colección de imágenes tan colosales que abruma. Tan extensa, que emborracha. Una ventana inmensa y perfecta al gran espectáculo del mundo, ese que estaba ahí antes de que existiéramos. Esta Génesis se convierte así en el mejor pasaporte para un viaje que tiene como finalidad recordarnos de dónde venimos, y hacia dónde nunca más vamos.

Espectacular, 
inmensa
grandiosa
paralizante.


"Mientras fotografiaba volcanes, icebergs, desiertos y junglas contemplé un mundo que no ha cambiado en milenios. Con los animales en su hábitat natural, desde pingüinos, leones marinos y ballenas del Antártico y el Atlántico Sur, hasta leones, ñúes y elefantes de Africa, sentí que era un privilegio contemplar los ciclos de la vida en continua repetición." Sebastiao Salgado

Caixaforum de Madrid, hasta el 4 de mayo

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